viernes, 29 de agosto de 2014

Después


Hoy pensé
en cómo sería extrañarte.
Pero extrañarte de verdad.
No una ficción que creo
sino esa, que permanece
como si no fueras a volver
como si después de cerrarse la puerta
pegar el grito salir corriendo
no hubiera nada más.
Un día puede que extrañarte sea eso.
No un desgarro
pero sí algo que punza el pecho.
Algo que no se ignora.
Mientras cocino hago la cama
leo un libro o riego las plantas.
Y del otro lado, el silencio.
Después un río que pasa
después mi cuerpo
y después yo con tu nombre.
Desnuda bajo el cielo y el sol
ya no oculto nada.
Solo veo una estrella.
El cambio es una fuerza que empuja
como las olas.
Imagino extrañarte
y me da miedo
que sea un sonido que raspe
más de la cuenta.
Extrañarte cuando venga el día
y tenga que buscar las flores afuera.
Al sol.

 



miércoles, 20 de agosto de 2014

Cascada


Llegamos al valle.
Hay que subir la montaña
después de pasar el sendero
por el que nos llevó la camioneta
que nos levantó en la ruta.
Yo no sé quién soy
entonces no pregunto adónde vamos,
me dejo llevar.
El cielo está despejado
y el sol retumba
sobre el camino liso de tierra seca.
Todo es dorado a esta hora de la tarde.
Somos varios los que vamos hacia la montaña
algunos de los chicos están desnudos
bajo esas toallas anudadas a la cintura.
Yo disimulo, mi piel está roja
cada vez más roja
pero pienso que es parte
de la entrega a la naturaleza.
Es solo naturaleza, me digo.
Caminamos durante un rato largo
el suficiente como para perder
la noción del tiempo.
Vas adelante y ya no veo
ni el contorno de tu espalda.
El calor sube por la tierra
y empaña el horizonte.
La montaña está adentro de otra montaña.
Cruzamos unos troncos sobre el río.
Tengo tanto miedo de que me lleve la corriente
pero veo el suelo de piedras plateadas
y las piso con fuerza, me sostengo.
El agua de la cascada
cae como si cayera sin tocar nunca nada.
Hay que meterse por debajo de un túnel
detrás de la piedra más grande
y ahí, adentro de la montaña
el mundo huele a roca y el color es terso
y el frío es seco.
Cruzo la caída del agua con brazadas grandes
el peso del agua me empuja.
Al abrir los ojos mi boca casi está muerta.
El cielo se abre entre los árboles.